El periodo de 1876 a 1911 está marcado dentro de la historia de nuestro país como porfiriato, y se refiere al gobierno de Porfirio Díaz, quien ocupo la presidencia del país durante el lapso antes mencionado, con la excepción de 1880 a 1884, donde el presidente de la patria fue Manuel González. Pero a partir de 1884, y hasta el quinto mes de 1911, la gran figura política nacional fue la del general Porfirio Díaz.
30 años de Porfirio Diaz
jueves, 3 de octubre de 2013
Arte y cultura
En el Porfiriato el arte y la cultura recibieron un gran impulso, principalmente en temas literarios donde destacaron Ignacio Manuel Altamirano y Manuel Payno. El nacionalismo y el modernismo fueron abandonados durante el porfiriato para dar paso a la influencia francesa, cuyo máximo exponente fue Justo Sierra.
El estudio de la historia cobró importancia en el porfiriato, pues se escribieron libros importantes para la materia como "MÉXICO A TRAVÉS DE LOS SIGLOS".
En el paisajismo destacó José María Velasco, autor de corte naturalista que en sus pinturas representó monumentos prehispánicos de México como Mitla o Monte Albán.
El positivismo permitió el avance de la educación, pues se crearon numerosas escuelas preparatorias y en 1910 Justo Sierra reabrió la Universidad Nacional.
El estudio de la historia cobró importancia en el porfiriato, pues se escribieron libros importantes para la materia como "MÉXICO A TRAVÉS DE LOS SIGLOS".
En el paisajismo destacó José María Velasco, autor de corte naturalista que en sus pinturas representó monumentos prehispánicos de México como Mitla o Monte Albán.
El positivismo permitió el avance de la educación, pues se crearon numerosas escuelas preparatorias y en 1910 Justo Sierra reabrió la Universidad Nacional.
Sociedad
A pesar de que en el país existían “orden y progreso”, la desigualdad social era alarmante.
Mientras la mayor parte de la riqueza estaba concentrada en unas cuantas familias, millones de mexicanos vivían en la más absoluta pobreza.
La clase media estaba formada por abogados, maestros, pequeños y medianos propietarios, funcionarios menores de gobierno, médicos y otros profesionales que deseaban mejorar social y económicamente.
En 1910, al finalizar el Porfiriato, la población mexicana era de 15 millones de habitantes. Una tercera parte de ella estaba formada por indígenas muy pobres e incultos, habían poco más de 5 millones de mestizos dedicados a muy diversos oficios y el resto eran extranjeros que habían venido a México para trabajar, invertir o simplemente a vivir aquí.
Mientras la mayor parte de la riqueza estaba concentrada en unas cuantas familias, millones de mexicanos vivían en la más absoluta pobreza.
La clase media estaba formada por abogados, maestros, pequeños y medianos propietarios, funcionarios menores de gobierno, médicos y otros profesionales que deseaban mejorar social y económicamente.
En 1910, al finalizar el Porfiriato, la población mexicana era de 15 millones de habitantes. Una tercera parte de ella estaba formada por indígenas muy pobres e incultos, habían poco más de 5 millones de mestizos dedicados a muy diversos oficios y el resto eran extranjeros que habían venido a México para trabajar, invertir o simplemente a vivir aquí.
Economía
Se puso en práctica el lema de “poca política y mucha administración”, de tal manera que en tan sólo diez años se logró equilibrar el presupuesto del gobierno, es decir, nivelar lo que gastaba con lo que recibía. Para conseguirlo se controlaron estrictamente los gastos, se mejoró el cobro de los impuestos, se buscaron inversiones del extranjero y aumentaron las exportaciones de los productos mexicanos.
En los últimos once años del Porfiriato el gobierno logró reunir una reserva de 86 millones de pesos, cantidad con la que nunca antes se había contado. Con ese dinero se realizaron importantes obras en las principales ciudades del país, aunque no se invirtió en cosas que beneficiaran a toda la población.
El desarrollo económico que hubo durante esa época fue posible, en gran medida, gracias al aumento y mejora de las vías ferroviarias.
Al iniciar el gobierno de Díaz en México existían 5 731 km de vías de ferrocarril y al finalizar 19 289 km, casi 4 veces más. Su construcción fue muy importante porque los productos pudieron transportarse con mayor facilidad, los viajes fueron más rápidos y muchos lugares del país quedaron comunicados entre sí, sobre todo los centros mineros e industriales.
También se mejoraron los puertos para que aumentara el intercambio de productos con Europa, Asia y Estados Unidos; se construyeron plantas hidroeléctricas y aumentaron las estaciones de correos y telégrafos. Al mejorar las vías de comunicación prosperó la economía del país, aunque sólo unos cuantos se beneficiaron con ello.
Política
El lema favorito de Porfirio Díaz era “poca política y mucha administración”.
Esta frase resumió su idea sobre la forma en que México debía ser gobernado y convirtió al Porfiriato en una dictadura. Sólo la voluntad del Presidente era valiosa y debía obedecerse por completo.
Esto implicaba, entre otras cosas, que: las decisiones importantes para México serían tomadas por él, que los diputados y senadores tenían que aprobar todo lo que les propusiera, que los mexicanos debían confiar totalmente en la habilidad y el patriotismo del Presidente de la República y que nadie podía expresar ideas u opiniones que contradijeran a Porfirio Díaz.
Para poner en práctica su lema, Porfirio Díaz formó su gabinete con personas que le eran totalmente fieles y quienes, junto con él, permanecieron en el poder por décadas. Todos ellos eran de edad avanzada y pertenecían a un grupo llamado “los Científicos”.
La falta de oportunidades para que otros ciudadanos mexicanos participaran en la política causó gran descontento e impidió que ideas más progresistas se incluyeran en los proyectos del gobierno.
Además, Díaz mandó encarcelar o expulsar del país a los periodistas e intelectuales que no estaban de acuerdo con él e impidió que se formaran agrupaciones políticas de oposición; el único grupo permitido fue el Partido Reeleccionista que lo apoyó totalmente.
Esta frase resumió su idea sobre la forma en que México debía ser gobernado y convirtió al Porfiriato en una dictadura. Sólo la voluntad del Presidente era valiosa y debía obedecerse por completo.
Esto implicaba, entre otras cosas, que: las decisiones importantes para México serían tomadas por él, que los diputados y senadores tenían que aprobar todo lo que les propusiera, que los mexicanos debían confiar totalmente en la habilidad y el patriotismo del Presidente de la República y que nadie podía expresar ideas u opiniones que contradijeran a Porfirio Díaz.
Para poner en práctica su lema, Porfirio Díaz formó su gabinete con personas que le eran totalmente fieles y quienes, junto con él, permanecieron en el poder por décadas. Todos ellos eran de edad avanzada y pertenecían a un grupo llamado “los Científicos”.
La falta de oportunidades para que otros ciudadanos mexicanos participaran en la política causó gran descontento e impidió que ideas más progresistas se incluyeran en los proyectos del gobierno.
Además, Díaz mandó encarcelar o expulsar del país a los periodistas e intelectuales que no estaban de acuerdo con él e impidió que se formaran agrupaciones políticas de oposición; el único grupo permitido fue el Partido Reeleccionista que lo apoyó totalmente.
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